jueves, 11 de agosto de 2016

A mis 22 años.


A mis 22 aprendí que los grandes placeres de la vida se esconden en las pequeñas cosas, que no es más rico el que tiene sino el que vive más intenso, que lo de menos es morir y lo único que importa es como vivas cada día como si fuera el ultimo, que las cosas no son lo que vale sino lo que significan, que también hay quien sabe hacerlo todo nuevo, que el primer amor no es a quién besaste primero, sino por quien hiciste cosas que jamás podrás olvidar y nunca imaginaste.

También aprendí en mis 22 a querer mejor, a no perder tanto el tiempo ya que es muy valioso y como siempre dice mi mama “El tiempo pasa factura”, que debemos valorar cada momento al lado de los que amamos, también aprendí de todos mis errores para no volver a tropezar con ellos en un futuro, que los que siempre están a tu lado en los momentos difíciles son los que realmente te aman.


En mis cortos pero también largos 22, aprendí la importancia del “perdón”, porque vivir con rencor es realmente malo daña nuestra alma, que la familia también puede llegar a traicionarte, de verdad que aprendí tanto en mis 22, que si me dieran la oportunidad de volver a vivirlos lo único que cambiaría seria el hecho de haber desperdiciado algunos momentos en situaciones o personas que no valieron ni la pena ni el tiempo, pero de restó dejaría todo en su lugar ya que de los errores también vividos se aprende, y de los buenos momentos me encantaría vivirlos una vez más.

Ayer que cumplí 23 quiero darle las gracias a todos los que siempre han estado conmigo, a dios por permitirme vivir cada día, a mis padres por darme la vida y amarme tanto, (sé que muchas de las decisiones tomadas fueron por mi bien, y hoy en día lo comprendo), a mis viejos “mis abuelos” por siempre estar a mi lado y darme todo lo que estuvo a su alcance, a mi otro abuelo (luis) por darme la mejor madre del mundo, a mis hermanos que son mi vida y por ellos daría hasta lo que no tengo siempre podrán contar conmigo, y a Luis “mi tío” por ser padre, tío y padrino a la vez, a mi gordo “sebas” por alegrar mis días desde que llego a la familia, a todos mis compañeros de trabajo que siempre están presentes en las buenas y malas (ustedes saben quiénes son).





Pero sobre todo estas tú, que en 8 años me diste tanto amor, solo tú sabes cuánto te extraño te lo digo cada noche antes de dormir, que ni en 15 años de tu ausencia he dejado de amarte y de recordarte, a ti dedico cada uno de mis días, gracias por ser siempre mi protección más grande, siempre vivirás en mí.

Bienvenidos 23 llenos de bendiciones para mí, y para mis seres queridos.

Dedicado a: Elizabeth Brito de Lemoines
“Mi ángel, Mi bendición, Mi abuela”
Donde quiera que estés TE AMO.

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