Desde que tengo
memoria he sido gordita, recuerdo ser la más gordita del salón siempre ya que
todas mis amigas siempre fueron de contextura delgada en comparación conmigo, mi
cuerpo gordito nunca fue problema para mi hasta que cumplí 11 años que comencé a
crecer y se comenzaron a notar los cambios en mi cuerpo, todo comenzó a pasar
muy rápido a los 10 años comenzaron a salirme las caderas, mi pecho empezó a
crecer (Mucho más de lo normal) y las formas de transición de niña a mujer ya
eran evidentes, comenzaron las conversaciones con mi mama “Ya estas creciendo,
estas dejando de ser una niña” “A cuidarse desde ahora porque más adelante te será
muy difícil adelgazar” mi madre es una mujer muy hermosa esbelta y de cintura
de avispa, de joven hacia modelaje y en las fotos viejas puedo ver que siempre
tuvo un cuerpo muy bonito.
No logre cuidarme
y muchos menos ser la reina de ninguna de mis promociones, ni fiestas del
colegio, ni madrina de mi grado en los intercolegiales, a los 13 ya era muy
gordita y tenía un cuerpo más grande que el de mis compañeras, que tenían la
misma edad, conocí las miradas inquisidoras y la conversaciones gratis entre
amigos, familiares y sus visitas que me incluían como la “gordita linda de la
familia” que igual tiene que rebajar a toda costa, y sus comentarios de “tu mama,
a tu edad no era así de gordita”. Esas conversaciones incluían dietas
milagrosas, fajas con gel que hacen que uno sude, médicos, instituciones
donde uno entra gordo y triste, pero sale delgado y feliz para tomar la vida
con éxito en sus manos, odie todos los productos adelgazar de la TV, a la
dieta de la sopa de verduras por 10 días, la bendita dieta de los puntos, odie
los cumplidos lastimeros de una cara tan hermosa y un cuerpo tan “gordito” pero
en realidad lo que más odie fue ser para todos la eterna “gordita invisible”.
Mi familia estuvo
enfocada en mi peso toda la vida, de hecho es de las cosas que más recuerdo de toda
mi niñez, los pronósticos de una vida sola y sombría por eso que dicen que a
los gordos solo los quiere la mama, más las frases “adelgaza rápido o nadie te va a querer” “es
que comes mucho pan y refrescos” “no comas tanta chuchería que es lo que te
tiene así” se convirtieron en señal de ruido, me volví la amiga de todos la “más
chévere o pana” del salón por ser la “gordita” a tratar de ser graciosa entre
otras cosas que aun hago, también me aleje de los espacios donde tuviera que
exponerme, pase mucho tiempo en mi cuarto leyendo, escribiendo, escuchando todo
tipo de música y probando mis facetas como cantante ya que de pequeña quería ser
como Shakira, o siendo modelo en mi espejo ya que también tuve la faceta de
querer ser Miss Venezuela creo que todas pasamos por esto en mi país, sin
embargo seguía “gordita” llevaba la culpa de no hacer ejercicio en el liceo “materia
que raspaba” ya que no me gustaba correr y que me salara la barriga y los senos
de acá para allá, cosa que a ninguna de mis amigas les pasaba por ser flacas y
de senos pequeños, cada visita en casa o reuniones familiares concluían que los
kilos demás eran porque comía demasiado y nunca hacia ningún tipo de deporte
para “mantenerme en forma”.
Cuando
salí del liceo comencé a replantearme la vida de otra manera, si era “gordita”
siempre lo fui pero no era culpa de nadie era decisión solo mía y eso debería de
cambiar de alguna manera y comenzar a ver todo de forma positiva, ya sé que a
veces este tipo de comentarios nos hacen decaer pero qué más da son solo eso
comentarios y no debían de importar tanto ya, esos comentarios me hicieron más
fuerte, viví bastante tiempo escondiéndome y creyendo de verdad eso de por ser “gordita”
no podía lograr ciertas cosas, o que no podía ser reina de mi colegio me creí
por completo el cuento de que a las “gorditas nadie las quiere y que solo
siendo flaca logras grandes cosas” ya que para la mayoría de la sociedad y su
estereotipo de mujer 90-60-90 son las únicas dueñas del mundo, y me costó mucho
creer que para otros yo era “bonita y sexy” aunque venia preocupándome por mi
peso, malos comentarios que la gente creen que hacen algún tipo de bien, para mí
era increíble pensar que algunas personas si me encontraban “sexy” a pesar de
mi peso, mi cuerpo cambio durante algunos años y comencé amarme tal cual era,
deje de creerme esos estereotipos de la sociedad, esos malos comentarios con el
tiempo se convirtieron en chistes para recordar, deje de pensar que ser “gordita
era algo malo” y lo use a mi favor, OJO “no con esto estoy diciendo que
cuidarse y mantenerse en forma sea malo” solo que algunos no aprendemos a
querernos como dios nos hizo y eso si está realmente muy MAL, tuve compañeras y
amigas “gorditas” algunas lograron rebajar y mostraron el éxito y la belleza
que alcanzaron en este proceso, otras se operaron y se pusieron “buenotas” las
veo a veces tomándose selfies en vestidos ajustados y bikinis, finalmente,
para demostrar que lograron ganar en esta carrera de quién se ve mejor, quién
tiene eso que nos dijeron nos hacía mujeres privilegiadas y bien vistas a los
ojos del imaginario de algunas mujeres y ciertos hombres.
Con el tiempo y el proceso, comprendí
que las mujeres de mi familia, al igual que muchas otras no aceptaban sus
cuerpos. El imaginario de mujer que querían que yo cumpliera, era también el
mismo que ellas se imponían. Yo podría bajar todo el peso posible y siempre
existiría un pero, Me acostumbre a estar gorda, a estar a dieta, a hacer
ejercicio y a esperar el día en que esos kilos desaparecieran. A pesar de no
creerlo consciente mente, mi valor propio dependía de mi peso, ignoraba que
cargaba el peso del desamor, de no poder expresarme y la incapacidad de
reconocer mis sentimientos. Pase muchos años comiendo poco, haciendo ejercicio
cosas que comenzaba y abandonaba , con ganas de quitarme el peso de querer
complacer una imagen y un ser que nada tenía que ver conmigo, ni mis deseos,
que me hacía infeliz y adicta a la aprobación de mi imagen.
Soy la misma "gordita" que tiene
piernas grandes, caderona y busto grande mi contextura es gruesa y me gusta
cada dia mas, mi cuerpo tiene las estrías de engordar y rebajar tantas veces que
fue posible a lo largo de los años. Esta
soy yo, me ha costado habitar este cuerpo que hoy me satisface, me acostumbre a
mirar para afuera, a exigirme delgadez, belleza, me costó mucho reconocerme y
ver esta imagen actual que me gusta. Disfruto comer, trotar por placer para
sentir el aire y la capacidad de mi cuerpo, reconocer su desarrollo y el cambio
que me muestra Valoro mi salud y la energía que tengo para hacer las cosas que
amo, pienso cada día que mientras aprendas a quererte todo es posible, sé que lidiar
con los comentarios u opiniones de los demás es muy difícil, pero tu amor
propio vale más que todo lo malo que nos rodea recuerda siempre que para poder
amar a los demás debes de “amarte a ti mismo a pesar de TODO”.
En realidad, hay muchas dietas y
soluciones físicas; sin embargo, pienso que el peso de lo que callamos y los
conflictos que con el tiempo se vuelven invisibles salen por algún lado, a
veces en forma de kilos de más.
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